En relación a los medios tecnológicos, a mi juicio es fundamental determinar si el soporte papel tradicional ha de desaparecer o no. En principio, casi todos tenemos ya archivados los protocolos electrónicamente, y por tanto puede esperarse que en un futuro próximo desaparezcan los tradicionales, con el importante incremento de eficacia y seguridad de custodia y el oportuno descenso de gastos.

Pero también hay que plantearse que el instrumento público redactado en papel, con la firma manuscrita en tinta indeleble, es hoy por hoy el único medio de prueba para acreditar la autoría en caso de cuestionarse la misma. Por tanto, para que el documento electrónico pueda suplir totalmente al tradicional es preciso que también se produzca una evolución similar en los medios de acreditación de la identidad de las personas, sustituyendo los carnés tradicionales por otros elementos seguros y fiables, y sobre todo de implantación universal.

En resumen, es preciso que el avance tecnológico en materia notarial vaya a a compás del que se produzca en los otros ámbitos relacionados con nuestra actuación. Mientras tanto, tencrán que convivir los sistemas tradicionales y los nuevos.