EL NOTARIO Y LOS RETOS TECNOLÓGICOS

3ª Ponencia | Sábado 17:00-19:00

David Hurtado Cañas,
Notario de La Carlota
COLABORADORES:
Luis Bustillo Tejedor,
Notario de Felanix.
Jesús María García Martínez,
Notario de Oviedo.
Fernando Puente de la Fuente,
Notario de Burgos.
ÁREAS A ANALIZAR:
  1. El Notariado como cuerpo único.
  2. El Colegio como eje vertebrador de la estructura corporativa: Transparencia y participación. Su financiación.
  3. El Consejo general del Notariado; análisis de los sistemas alternativos de elección.
  4. Control de las cuentas del Consejo y sus Organismos dependientes.

EL NOTARIO Y LOS RETOS TECNOLÓGICOS

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Autor: Javier Oñate Cuadros, Notario de San Sebastián.

Partiendo de la base que no hay ningún sistema perfecto, sin embargo es difícil imaginar uno peor que el actual.

Una comisión de la que formé parte, diseñó una estructura del CGN que, de forma muy resumida, era la siguiente:

  • Una Junta Directiva del Notariado, compuesta por un presidente, un vicepresidente y un número de vocales hasta un máximo de 10, elegidos en lista cerrada en votación directa según el sistema, un notario, un voto. Si hay más de 2 candidaturas, se exige mayoría absoluta de votos y en caso contrario, se va a una segunda vuelta. Es el órgano ejecutivo y de gobierno y sus funciones serían las que actualmente ostenta el CGN.
  • Una Junta General del Notariado, compuesta por los decanos de los Colegios, cuya función sería el control de la Junta Directiva y la aprobación o más bien rechazo por mayoría cualificada y ponderada, de las decisiones más importantes de la Junta Directiva, así como la censura de su actuación. Se reuniría una vez por trimestre, al menos, o antes si lo solicita el presidente de la JD o una cuarta parte de los decanos.
  • La censura de la JD por la LG implica la convocatoria de nuevas elecciones.
  • No es compatible ser miembro de la LDN y ser miembro de la JD de cualquier colegio.
  • Para ser elegible a la JDN es preciso no ser miembro de la JD del colegio.

Una estructura de este tipo permitiría que el gobierno del notariado estuviera en manos de un equipo, lo que aseguraría una estrategia política definida y eficiencia en la gestión (con las limitaciones inherentes a la acción humana, obviamente) con legitimación directa de los notarios y que los decanos, igualmente legitimados directamente por la votación popular actuasen como órgano de control y de enlace ordinario con los colegiados. No se ponen en cuestión las competencias de los colegios ni su reparto con la JDN. La JDN representaría la voz de los notarios y la JGN, la de los colegios.

La propuesta como es bien sabido, fracasó. Fue torpedeada desde dentro y desde fuera.